Page 289 - Anatema - Neal Stephenson
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Lo único que importaba era salir de la celda. Renuncié al
ejercicio, dejé de escribir el diario y, a partir de aquel
momento, no hice más que estudiar el capítulo cinco. Para
cuando anuncié que estaba listo para el examen, once se
habían unido a los edharianos, nueve al Nuevo Círculo y
seis a los Antiguos Faanianos Reformados. Mis opciones,
suponiendo que todavía las tuviese, se reducían con cada
hora que pasaba. En mis momento más depresivos me
preguntaba si aplicarme el Libro no había sido más que
una táctica de reclutamiento por parte de sur Trestanas…
una forma de obligarme a unirme a una orden no
edhariana, de forzarme a escoger un camino que me
conduciría a trabajar en el complejo del Primado como
jerarca menor, siempre a las órdenes de alguien. Los fras y
sures normales no se sometían a nadie, sólo a la Disciplina.
Pero los jerarcas pertenecían a una cadena de mando: era
el precio por el poder que tenían.
Mi examen fue al día siguiente, tras un Eliger en el que
uno más fue al Nuevo Círculo y tres a los Antiguos
Faanianos Reformados. De ellos, dos eran de los que
Arsibalt había tenido en mente cuando hablaba de restos
del suelo. Uno era desacostumbradamente inteligente. De
mi cosecha, sólo quedábamos otro y yo. Como no había
ido apuntando los nombres, probablemente a esas alturas
ya no habría sabido quién era el otro… de no ser porque
el otro era Tulia.
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