Page 313 - Anatema - Neal Stephenson
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que estar encerrado tras los muros de un cenobio rodeado
de casinos y tiendas de neumáticos. Pero, con las ramas
desnudas, quedaba claro que me encontrada cerca del
límite oriental del bosque. A la vista tenía las ruinas
cubiertas de trepadoras de la tación de Shuf. Me sentí
como un tonto: Arsibalt podía verme desde una ventana.
Así que bajé y eché a caminar hacia allí. Arsibalt se pasaba
en aquel lugar casi todos los días. Me había estado
incordiando para que fuese a visitarle y yo había estado
poniéndole excusas. Ya no podía escaquearme.
Tuve que pasar por encima de un seto bajo que
delimitaba el bosque. Apartando el follaje lo noté
totalmente frío, y sentí dolor un instante después. En
realidad era un muro de piedra que se había convertido en
espaldera para cualquier cosa que estuviese dispuesta a
crecer. Salté por encima y pasé un rato para soltar el paño
y el cordón de las plantas. Estaba de pie en la maraña de
alguien, en aquel momento, marrón y retorcida. La tierra
negra estaba llena de hoyos allí donde la gente había
estado cavando para recoger las últimas patatas de la
temporada. Pasar por encima del muro me hizo sentir
como si estuviese entrando sin permiso. Probablemente
ésa había sido la razón del linaje de Shuf para levantar el
muro. Y explicaba por qué los que se habían encontrado
en el lado equivocado de ese muro se habían acabado
hartando y habían deshecho el linaje. Derribar el muro
hubiera sido demasiado trabajoso, así que se lo habían
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