Page 316 - Anatema - Neal Stephenson
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—Bien, ¿qué eres tú, a los diecinueve años? ¿El PEI de los


          Antiguos Faanianos Reformados?

            —El  capítulo  y  yo  nos  hemos  sentido  mutuamente

          cómodos en muy poco tiempo, sí. Apoyan mi proyecto.


            —¿Cuál? ¿La reconciliación con los deólatras?

            —Algunos  miembros  de  los  Antiguos  Faanianos

          Reformados incluso creen en Dios.


            —¿Y  tú,  Arsibalt?  Vale,  vale…  —añadí,  cuando  se

          disponía  a  hacerme  callar  por  tercera  vez.  Al  final  se

          movió. Me guio por una visita, mostrándome algunos de


          los artefactos de los grandes días de la tación: copas de oro

          y tapas de libros con incrustaciones de piedras preciosas,


          todo ello protegido bajo vidrio. Acusé a su orden de tener

          más  cosas  de  ésas  ocultas  en  algún  lado  para  beber  y

          enrojeció.


            Luego, ya que tanto hablar de utensilios le había dado

          hambre, guardó el libro. Dejamos atrás la tación de Shuf y


          fuimos a la comida del mediodía. Los dos nos habíamos

          saltado Provenir, un lujo que sólo era posible porque unos

          días por semana algunos fras jóvenes habían empezado a


          sustituirnos dando cuerda al reloj.

            Cuando abandonásemos completamente la obligación de

          dar cuerda al reloj, lo que sucedería al cabo de dos o tres


          años, tendríamos suficiente tiempo libre para decidirnos

          por  un  quehacer:  algo  práctico  que  se  pudiese  realizar

          para  mejorar  la  vida  en  el  concento.  Entretanto,  nos







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