Page 335 - Anatema - Neal Stephenson
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—¡Podrías decir que las estrellas fugaces son pedos de
dragón en llamas!
—Muy bueno —dijo Orolo—. En ese caso, cada vez que
un imizar alzase la vista y viese una estrella fugaz, creería
que corrobora el mito del dragón rosa.
—Y podría refutar a Jesry —añadió Lio— diciéndole:
«Idiota, ¿qué tienen que ver las tortugas a rayas que
eructan fuego con las estrellas fugaces?»
Todos rieron de nuevo.
—Eso procede directamente de los últimos escritos de
sante Evenedric —dijo Arsibalt.
Todos callaron. Hasta este momento creíamos que
simplemente tonteábamos.
—Fra Arsibalt se nos adelanta —dijo Orolo, protestando
un poco.
—Evenedric era teor —dijo Jesry—. No escribía sobre
algo así.
—Al contrario —replicó Arsibalt empecinado—, al final
de su vida, tras la Reconstitución, él…
—Si no te importa —dijo Orolo.
—Claro que no —contestó Arsibalt.
—Limitándonos a los dragones que se tiran pedos de gas
nervioso, ¿cuántos colores creéis que podríamos
distinguir?
Las opiniones variaban entre ocho y cien. Tulia creía que
podría distinguir más, Lio menos.
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