Page 356 - Anatema - Neal Stephenson
P. 356
—El sujeto admite que el Documento Once le pertenece.
—¿De dónde lo has sacado? —pregunté, como si fuese
Barb.
La mano de Rotha bailó sobre la página y lo inmortalizó.
—De donde estaba —respondió Spelikon divertido—.
Conoces el paradero de tu propio diario, ¿verdad?
—Creía conocerlo.
Lo había guardado en uno de los nichos de la entrada de
la sala de tiza de Sante Grod, muy arriba, donde sólo unos
pocos podían alcanzarlo. Pero sacar de un nicho las hojas
de otro era uno de los actos más insultantes que pudiese
cometer un avoto. Sólo era aceptable tras la muerte o la
expulsión.
—Pero… —añadí—, pero se supone que…
—Deja que sea yo el juez de lo que se supone que
podemos o no podemos hacer —dijo Spelikon. Mientras
pronunciaba esas palabras, hizo un gesto con la mano para
detener la mano de Rotha, de forma que no quedó
registrado. Luego realizó un gesto diferente para deshacer
el hechizo y ella volvió a escribir—. Esta investigación no
te concierne directamente y, de hecho, no precisa de
mucho de tu tiempo. En las hojas de tu diario ya nos dices
la mayor parte de lo que deseamos saber. Sólo nos falta
clarificación y confirmación. ¿El día anterior a Apert,
hiciste de amanuense en una entrevista realizada en la
Nueva Biblioteca entre fra Orolo y un artesano de
extramuros llamado Quin?
356

