Page 397 - Anatema - Neal Stephenson
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de la imagen y sus cabezas se habrían proyectado hacia


          dentro como los radios de una rueda.

            Había tanta información apretujada en el borde exterior

          de  la  tablilla  que  tenía  que  usar  las  funciones  de


          desplazamiento y ampliación para encontrarle sentido. Al

          brillante  disco  celeste  parecía  faltarle  un  trozo.

          Examinándolo  de  cerca,  vi  que  se  debía  al  pedestal  del


          espejo cenital, que se encontraba justo al lado del Ojo de

          Clesthyra. Al igual que la flecha norte de un mapa, me

          ofrecía un punto de referencia para situarme y encontrar


          otras  cosas.  Como  a  medio  camino  alrededor  del  borde

          había  otro  hueco,  más  ancho  y  más  corto,  en  el  disco


          celeste, difícil de interpretar. Pero, si lo giraba de cierta

          forma  y  dejaba  que  los  ojos  se  acostumbraran  a  la

          distorsión durante un momento, veía que era una figura


          humana  envuelta  en  un  paño  que  la  cubría  por  entero

          excepto una mano y un brazo. Mano y brazo se dirigían


          radialmente  hacia  fuera  (es  decir,  hacia  abajo),

          grotescamente  desmesurados  antes  de  quedar  cortados

          por la base de la tablilla. Esa monstruosidad era yo, con la


          mano hacia la base del Ojo, después de insertar la tablilla

          y cerrar la tapa. La primera vez que lo vi me reí con ganas,

          porque mi codo era del tamaño de la luna y, ampliando la


          imagen, podía ver un lunar y contar los pelos y las pecas.

          ¡Mi  intento  de  ocultar  mi  identidad  tapándome  la  cara

          había sido inútil! Si sur Trestanas hubiese encontrado la







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