Page 395 - Anatema - Neal Stephenson
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decisión real con consecuencias reales. Una de las cuales
era que debía ser cautelosa cuando hablaba de ideas como
el MTH, que sus miembros consideraban supersticiosas.
Podía creer en ellas si quería, pero debía guardárselas para
sí, y era muy descortés por mi parte intentar sonsacárselas.
En cualquier caso, ahora tenía una excusa para pasarme
por la tación de Shuf: intentar actuar como pacificador
entre las órdenes aceptando la invitación de los AFR.
Cada mañana después del desayuno asistía a una clase,
habitualmente con Barb, y trabajaba con él en
demostraciones y problemas hasta Provenir y la comida
de mediodía. Después me iba a la zona del prado donde
Lio y yo preparábamos la guerra de hierba, y trabajaba, o
fingía hacerlo, un rato. Vigilaba la ventana de la tación de
Shuf, situada en la cima de la colina, al otro lado del río.
Arsibalt tenía un montón de libros en el alféizar, junto a su
asiento. Si allí había alguien, los giraba de forma que el
lomo mirase hacia la ventana. Desde el prado veía las
encuadernaciones marrón oscuro. Pero, si estaba solo, los
giraba para que fueran visibles los bordes blancos de las
páginas. Cuando los veía dejaba de trabajar, iba a la galería
de casilleros, recogía mis notas teoréticas y cruzaba el río
y el bosque de árboles de páginas hasta la tación de Shuf,
como si fuese allí a estudiar. Minutos más tarde me
encontraba en el sótano, sentado con las piernas cruzadas
sobre la lona, trabajando con la tablilla. Cuando terminaba
volvía a salir. Antes de subir los escalones de piedra
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