Page 450 - Anatema - Neal Stephenson
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más escuchaba las voces apagadas más seguro estaba de


          que la otra persona era sur Ala. ¡Nos había seguido hasta

          allí!

            Jesry  hizo  comentarios  no  muy  amables  sobre  ella


          cuando  bajé  a  comunicarle  la  noticia.  Media  hora  más

          tarde  todavía  no  se  había  marchado.  Nos  moríamos  de

          hambre. Arsibalt debía de estar sufriendo un ataque de


          terror animal.

            Estaba  claro  que  nuestro  secreto  ya  no  era  tal,  o  que

          pronto  dejaría  de  serlo,  al  menos  para  una  persona.


          Agachados  en  la  oscuridad,  atrapados  como  ratas,

          tuvimos  tiempo  de  sobra  para  considerar  lo  que


          implicaba. Salir como si nada hubiese pasado habría sido

          una estupidez. Por tanto, sin nada que hacer, recogimos la

          polilona del suelo y la usamos para envolver la tablilla.


          Luego  maniobramos,  nos  adentramos  en  el  lugar  más

          remoto que pudimos encontrar —la frontera más lejana de


          las  exploraciones  de  Arsibalt  —y  usamos  su  pala  para

          enterrar la tablilla a cuatro pies de profundidad. Hecho

          esto, y con tierra de los pies a la cabeza, regresé a la puerta


          a  escuchar. No  oí  ninguna  conversación.  Pero  la puerta

          seguía cerrada.

            —Creo que Arsibalt nos ha abandonado para ir a cenar


          —le dije a Jesry—. Pero apuesto a que Ala sigue ahí arriba.

            —No sería propio de ella irse ahora —dijo Jesry.

            —Vaya, es lo más bonito que has dicho jamás sobre ella.


            —¿Qué crees que deberíamos hacer, Raz?



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