Page 498 - Anatema - Neal Stephenson
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muchos cargaban con libros y material que creían que
podrían necesitar, en el supuesto de que los llamasen.
Statho Evocó a diecisiete.
—Lio.
»Tulia.
»Erasmas.
»Arsibalt.
»Tavener.
Y algunos otros Dieces.
Atravesé la puerta para entrar en el presbiterio… un paso
que había dado miles de veces para dar cuerda al reloj.
Pero cuando daba cuerda al reloj siempre sabía que
minutos después fra Mentaxenes volvería a abrir la
puerta. En esta ocasión, di la espalda a trescientas caras
que no volvería a ver… a menos que a sus dueños los
Evocasen y los enviasen a… a donde fuese que me
enviaban a mí.
Me reuní con varios que conocía bien y algunos
desconocidos: Centenos.
La lista de nombres se acabó. Habían sido tantos que
perdí la cuenta y di por supuesto que había terminado.
Miré a Statho, esperando a que pasase a la siguiente fase
del auto. Observaba fijamente la lista que tenía en la mano.
Era difícil interpretar la expresión de su cara. La tenía,
como el cuerpo, totalmente rígida. Parpadeó lentamente y
acercó la lista a la vela más cercana, como si tuviese
dificultades para leerla. Parecía estar repasando una y otra
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