Page 74 - Anatema - Neal Stephenson
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—No  se  lo  permitieron.  Su  motucaptor  era  demasiado


          bueno —explicó Quin.

            Mayor y más sabio, fra Orolo se puso rígido, apretó los

          labios y pareció incómodo. Como yo no era ninguna de las


          dos cosas, dije:

            —¿Qué significa eso?

            Fra  Orolo  me  agarró  la  muñeca  y  me  impidió  seguir


          escribiendo. Y sospecho que su otra mano deseaba taparle

          la boca a Quin, que dijo:

            —El  OjoDeÁguila,  el  ManoFirme,  el  DinaZoom…


          Combinándolos todos podría haber visto hasta el otro lado

          de vuestra Seo, incluso al otro lado de las pantallas. O al


          menos eso le dijeron los…

            —¡Artesano Quin! —vociferó fra Orolo, con la potencia

          suficiente  como  para  atraer  las  miradas  de  todos  los


          presentes en la Biblioteca. Luego bajó considerablemente

          a voz—: Me temo que estás a punto de decir algo que tu


          amigo Flec supo por su conversación con los Ati. Y debo

          recordarte que nuestra Disciplina no lo permite.

            —Lo siento —dijo Quin—. Resulta confuso.


            —Sé que lo es.

            —Vale.  Olviden  lo  del  motucaptor.  Lo  siento.  ¿Dónde

          estábamos?


            —Hablábamos del Guardián del Cielo —dijo fra Orolo,

          relajándose un poco y soltándome al fin la muñeca—. En

          lo que a mí respecta, lo único que nos quedaba por decidir


          es si se trata de un expulsado convertido en mistagogo o



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