Page 307 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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de que no se había producido ningún impacto directo en

           Nueva York.



           Las  calles  estaban  vacías;  la  ciudad  estaba  desierta.  La

           entera población de Nueva York, de toda la ciudad, había

           jaunteado,  en  una  desesperada  búsqueda  de  seguridad,


           hasta el límite de su habilidad: cinco kilómetros, cincuenta

           kilómetros,  quinientos  kilómetros.  Algunos  habían

           jaunteado al punto cero de un impacto. Millares murieron


           en explosiones de jaunteo, pues las plataformas públicas

           nunca  habían  sido  pensadas  para  acomodar  la

           aglomeración de un éxodo masivo.



           Foyle comenzó a darse cuenta de que aparecían Equipos de

           Rescate, con blindados trajes blancos, por las calles. Una


           imperiosa señal dirigida a él le avisó de que estaba a punto

           de ser alistado obligatoriamente para trabajos de rescate. El

           problema del jaunteo no era el evacuar a las poblaciones de


           las ciudades, sino el obligarlas a regresar y reinstaurar el

           orden.  Foyle  no  tenía  ninguna  intención  de  pasar  una

           semana combatiendo al fuego y a los asaltantes. Aceleró y

           evadió al Equipo de Rescate.



           En  la  Quinta  Avenida  desaceleró;  el  gasto  de  energía


           producido  por  la  aceleración  era  tan  enorme  que  no  le

           agradaba mantenerla más que por unos segundos. Largos






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