Page 69 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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Veía la habitación como un flujo pulsante de emanaciones

           caloríferas que iban desde calientes brillos a frías sombras.

           Veía  las  cegadoras  tramas  magnéticas  de  los  relojes,

           teléfonos, luces y cerraduras. Veía y reconocía la gente por


           las configuraciones características del calor radiado por sus

           rostros y cuerpo. Veía, alrededor de cada cabeza, un aura

           de  la  débil  emanación  electromagnética  del  cerebro  y,

           chisporroteando a través de la radiación calorífica de cada


           cuerpo, la siempre cambiante tonalidad de los músculos y

           nervios.



           A Presteign no le importaban los artistas, músicos y otros

           bohemios  que  Olivia  mantenía  a  su  alrededor,  pero  le


           agradó  ver  a  un  puñado  de  figuras  de  la  alta  sociedad

           aquella  mañana.  Había  un  Sears—Roebuck,  un  Gillet,  el

           joven Sidney Kodak que un día sería el Kodak de Kodak,

           un Houbigant, el Buick de Buick y R. H. Macy XVI, cabeza


           del poderoso clan Saks—Giinbel.



           Presteign saludó a su hija y salió de casa. Partió hacia el

           cuartel general de su clan, en el 99 de Wall Street, en una

           carroza  tirada  por  cuatro  caballos  y  conducida  por  un


           cochero  asistido  por  un  palafranero,  ambos  usando  la

           marca  registrada  de  Presíeign  en  rojo,  negro  y  azul.  La

           negra ʺPʺ en un campo de escarlata y cobalto era una de las

           marcas  registradas  más  antiguas  y  distinguidas  en  el





                                                                                               Página 69 de 459
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