Page 239 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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CAPITULO SEPTIMO

           NUEVO RELATO DEL COMANDANTE J. J. ADAMS



                I




                Fué  una  noche  mala.  No  había  nada  que  yo  pudiera

         hacer.  No  había  nada  que  nadie  pudiera  hacer.  Excepto

         mantener una guardia estrecha y esperar.


                No  me  atreví  a  iniciar  los  trabajos  de  reposición  del

         núcleo hasta que amaneciera, por temor a otro ataque. De

         manera  que  anduve  errante,  dentro  y  fuera  de  la  nave,


         cerciorándome de que todo el mundo estaba alerta.

                Lo estaban. ¿Quién no lo hubiera estado, después de ver

         lo que le pasó a Quinn? ¿Y con la duda de si a Dirocco no le


         había ido aún peor?

                Yo  seguía  pensando  en  el  doctor.  No  podía  evitarlo,

         porque,  cada  vez  que  pensaba  en  Altaira,  tenía  que

         acordarme de él también. Un tipo maravilloso. Hacía falta


         coraje para irse solo allá. Especialmente después de juntar

         los despojos del pobre Alonso, en la arena, sabiendo que lo

         que le pasó a aquél, podía pasarle también a él.

                Estaba  entretenido  recogiendo  todos  los  objetos


         personales de Quinn, cuando el hombre a cargo del radar

         me llamó. Corrí al contralor y lo hallé rascándose la cabeza.

         En el primer ataque no había registrado nada, pero ahora





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