Page 241 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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especie de bulto oscuro, sobre la arena. Como si, fuera lo
que fuese, se asombrara y escondiera, alternativamente.
El contramaestre lanzó una voz de:
“¡Listos!” a los artilleros. Pero el bulto se movió de
nuevo y vi lo que era. Aullé un: “¡Alto el fuego!” y aquello
se paró y vino tambaleándose hacia la cerca.
Parecía un hombre cubierto de arena.
Lo era. Era el cocinero, Dirocco.
Tenía muy mal aspecto. Caminaba agachado,
manteniendo un brazo sobre la cara. Alguien desconectó el
cerco defensivo y yo corrí a su encuentro. Cayó a mis pies y
quedó allí. Se quejaba. El contramaestre vino junto a mí y
ambos nos arrodillamos y lo dimos vuelta.
El olor hirió nuestras narices en cuanto respiró. El
contramaestre exclamó:
—¡Qué diablos…! —y yo dije:
—¡Whisky!
II
Me lo trajeron a la cabina de contralor, alrededor de una
hora después. Afuera empezaba a aclarar. El contramaestre
lo había puesto bajo arresto Nº 1. Si no hubiera resultado tan
malamente engañado, me hubiera reído. El cocinero, el
hombre serio de la nave, con una borrachera espantosa.
Lo lavaron y le pusieron un mameluco limpio. El
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