Page 28 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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los puestos de DC. Nada más.

                Entonces comprendí. Estábamos por pasar lo que ellos

         llamaban una deceleración de segundo grado, al penetrar la

         envoltura atmosférica del planeta. No hice caso, pues en mi


         adiestramiento  la  había  experimentado.  No  se  parecía  en

         nada  al  “Jag”.  Farman  y  Quina  fueron  hacia  la  hilera  de

         enormes lámparas de deceleración que bordeaban la cabina

         y yo los seguí, con Adams detrás. Ocupé mi lugar al final de


         la hilera, sobre la plataforma debajo de la lámpara. Los otros

         se colocaron bajo las suyas. Adams, el último.

                Casi  al  momento  la  nave  se  estremeció,  las  luces


         pestañearon y luego disminuyeron: la campana de la nave

         comenzó  a  contar  en  tañidos  medidos.  Simultáneamente,

         los  raros  rayos  Omega  de  variado  color  que  emitían  las


         lámparas  situadas  sobre  nuestras  cabezas,  cayeron  sobre

         nosotros. Experimenté una sensación de entumecimiento e

         impotencia  en  todo  el  cuerpo  y  que  se  me  revolvía  el

         estómago.


                La  campana  dejó  de  tañer.  Las  luces  aumentaron  en

         intensidad  y  las  lámparas  de  deceleración  se  apagaron

         automáticamente.  Descendí  de  mi  plataforma.  Mi  cuello

         estaba rígido y me sentía todavía un poco mareado. Pero


         nada más.

                —Deseo que lleguen a perfeccionar esas lámparas hasta

         el  punto  de  que  sirvan  para  un  “Jag”  —dije,  pero  nadie





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