Page 23 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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Miré en derredor y, por milésima vez pensé cuán
jóvenes eran todas esas caras. Es decir, jóvenes en la carne y
en el color, en su tejido celular. Pero, en otro sentido, no eran
en absoluto jóvenes, sino veteranos curtidos por la
experiencia. De ahí pasé a mi viejo pensamiento acerca de la
nueva generación que estos muchachos constituían.
Luego, llegó Adams. Se detuvo en el extremo del salón
y nos miró. Estaba serio y calmoso como siempre y se me
ocurrió que representaba mejor a la nueva generación que
cualquiera de los otros. Tal vez eso se debía a que pesar de
sus hermosos y definidos rasgos, de edad incierta, parecía
tener más sensación de su propia fuerza y contralor que la
que sus probables veintisiete años podrían haberle dado en
cualquier otra actividad de la vida.
—Todos ustedes saben para qué están aquí —dijo por
fin—. Para conocer, de acuerdo a las órdenes en vigor, el
motivo de este viaje. Personalmente, opino que este sistema
de no revelar a la tripulación el objeto de la expedición hasta
haber llegado a destino es… bastante tonto. Anticuado,
como la propulsión por medio de cohetes. Creo que se les
debería haber dicho, no sólo dónde vamos, sino por qué. —
En este momento hizo una de sus raras sonrisas—. Pero si
cualquiera de ustedes, sabandijas del espacio, llega a repetir
lo que he dicho, lo castigaré por calumniar a un oficial.
Hubo risas y luego prosiguió:
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