Page 142 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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Nebogipfel permanecía imperturbable.


            —Quizá  debí  advertirle.  Hemos  comenzado  el


            ascenso.

            —¿Ascenso?


            Pude ver entonces que un disco de vidrio, de un


            cuarto de milla de diámetro aproximadamente, se


            elevaba del Suelo, llevándonos a Nebogipfel y a mí

            a  lo  alto.  Parecía  como  si  estuviese  sobre  un


            inmenso  pilar  que  surgiese  del  suelo.  Ya  nos


            habíamos elevado unos diez pies, y nuestro viaje

            hacia arriba parecía estar acelerándose; sentí en la


            frente un ramalazo de brisa.


            Me acerqué al borde del disco para admirar cómo


            se  abría  a  nuestros  pies  la  inmensa  y  compleja

            planicie  de  los  Morlocks.  La  cámara  se  extendía


            más  allá  del  límite  de  mi  visión,  completamente


            plana y poblada regularmente. El Suelo parecía un

            mapa  detallado,  quizás  de  las  constelaciones,


            dibujadas con hilos de plata y terciopelo negro, y


            de fondo las verdaderas estrellas. Una o dos caras


            plateadas  estaban  vueltas  hacia  nosotros,  pero  la

            mayoría de los Morlocks parecían indiferentes.


            —Nebogipfel, ¿adónde vamos?


            —Al Interior —dijo con calma.

            Era  consciente  de  un  cambio  en  la  luz.  Parecía


            mucho  más  brillante,  y  más  difusa,  ya  no  estaba


            limitada  a  un  solo  rayo,  como  podría  ser  en  el


            fondo de un pozo.

            Estiré  el  cuello.  El  disco  de  luz  se  ensanchaba  a


            ojos  vistas,  por  lo  que  ya  podía  ver  un  anillo  de




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