Page 294 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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cabezas gachas, hombros caídos, rostros
sombríos y marcados; me parecía que había
algo de obstinación en la forma en que la
gente seguía con sus vidas, pero no creía que
hubiese —y no me sorprendía— demasiada
alegría.
Me sorprendió que no pudiese ver niños en
ninguna parte. Bond me dijo que las escuelas
eran subterráneas, para ofrecer mayor pro‐
tección contra un posible bombardeo,
mientras los padres trabajaban en las fábricas
de munición, o en los enormes aeródromos
que habían surgido alrededor de Londres, en
Balham, Hackney y Wembley. Bien, quizás
así fuese más seguro, pero la ciudad era un
espectáculo miserable sin las risas de los
niños jugando, como incluso un soltero
satisfecho como yo estaba dispuesto a
admitir. ¿Y qué preparación para la vida
estarían recibiendo aquellos pobres
chiquillos subterráneos?
Una vez más, pensé, mis viajes me habían
llevado a un mundo de irremediable
oscuridad, a un mundo del que un Morlock
podría disfrutar. Pero los que habían
construido aquel gran edificio no eran
Morlocks; pertenecían a mi propia especie,
¡acobardados por la guerra hasta el punto de
renunciar a la luz, que era su derecho de
nacimiento! Caí en una profunda depresión,
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