Page 299 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
P. 299
Máquina Parlanchina» —por lo que pude
entender, era un tipo de cinematógrafo
público—, pero estaba demasiado lejos para
ver con claridad.
Vi que la nueva vía del tren había sido
escopleada con gubias, aunque no muy bien,
en la vieja carretera; y que la «estación» no
era más que un montón de cemento en
Canning Place. Todos los cambios
producidos en aquel nuevo mundo
indicaban prisa y pánico.
Los soldados formaron un pequeño
diamante a nuestro alrededor, y nos alejamos
de la estación por Canning Plagie hacia
Gloucester Road. Moses llevaba los puños
apretados. Con sus ropas de vivos colores
parecía asustado y vulnerable, y sentí un
ramalazo de culpa por haberle traído a ese
mundo cruel de charreteras metálicas y
máscaras antigás.
Miré por De Vere Gardens hacia el hotel
Kensington Park, donde en momentos más
felices había tenido por costumbre cenar; el
pórtico columnado del lugar todavía estaba
en pie, pero la fachada del edificio estaba
sucia, muchas de las ventanas habían sido
cubiertas con tablas, y el hotel parecía que se
había convertido en una parte más de la
nueva terminal de ferrocarriles.
299

