Page 376 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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alrededores,  y  Nebogipfel  veía  cómo  el


                  viento se las llevaba.


                  La  explosión  y  la  conmoción  habían

                  esparcido  a  la  gente  como  bolos.  A  nuestro


                  alrededor,  los  cuerpos  ocupaban  posiciones


                  anómalas,  unos  sobre  los  otros,  brazos


                  extendidos,  pies  retorcidos,  bocas  abiertas,

                  ojos  fijos,  hombres  viejos  sobre  mujeres


                  jóvenes,  un  niño  sobre  la  espalda  de  un


                  soldado. Había muchos movimientos y queji‐

                  dos a medida que la gente intentaba ponerse


                  en pie —sólo podía pensar en un montón de


                  insectos,  corriendo  unos  sobre  los  otros—  y


                  aquí  y  allá  vi  manchas  de  sangre,  oscuras

                  sobre la carne y la ropa.


                  —Dios  mío  —dijo  Moses  emocionado—.


                  Tenemos que ayudarlos. ¿Puedes ver...?

                  —No  —le  contesté—.  No  podemos...  hay


                  demasiados;  no  hay  nada  que  podamos


                  hacer. Tenemos suerte de estar vivos... ¿no lo


                  entiendes?  Y  ahora  que  los  cañones  han

                  acertado con la distancia... ¡Vamos! Debemos


                  continuar con nuestro plan; debemos huir de


                  aquí en el tiempo.

                  —No  puedo  soportarlo  —dijo  Moses—.


                  Nunca he visto algo así.


                  El Morlock se nos acercó.


                  —Me  temo  que  tenemos  cosas  peores  que

                  ver  antes  de  abandonar  este  siglo  —dijo


                  sombrío.



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