Page 404 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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la cabina, y descubrí que el metal estaba
helado. El elemento blando que había hecho
de almohada era la chaqueta del Morlock. La
doblé y la coloqué sobre un banco. También
vi, arrojada en el suelo, la herramienta
pesada que Moses había utilizado para abrir
los depósitos de plattnerita. La levanté con la
punta de los dedos; estaba llena de sangre.
Todavía llevaba las charreteras; asqueado
por aquellas piezas de armadura, me las
arranqué y las arrojé al suelo.
AL oírlo, Nebogipfel me miró, y vi que sus
gafas azules estaban partidas en dos, y que
uno de los enormes ojos era una masa de
sangre y carne desgarrada.
—Prepárese —dijo severo.
—¿Para qué? Yo...
Y la cabina se hundió en la oscuridad.
Me incliné hacia delante y casi me caigo de
nuevo. Un frío intenso eliminó el calor
residual de la cabina y de mi sangre; la
cabeza me palpitaba de nuevo. Me cubrí el
pecho con los brazos.
—¿Qué le ha pasado a la luz del día?
La voz del Morlock parecía casi cruel en la
oscuridad.
—Durará sólo unos segundos. Debemos
aguantar...
Y con la misma rapidez con que había
llegado, la oscuridad desapareció, y la luz
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