Page 450 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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lluvia que me golpeaba en la calva y que me


                  caía en los ojos, estaba completamente ciego.


                  Para  cuando  pude  ponerme  en  pie,  me

                  espantaba                 la        rapidez              con           que          se


                  desmoronaba  el  refugio;  todos  los  soportes


                  habían  caído,  o  se  inclinaban  mucho.  Podía


                  distinguir  la  estructura  del  vehículo  del

                  tiempo  reconstruido  por  Nebogipfel,  pero


                  estaba  completamente  enterrado  en  los


                  fragmentos del refugio.

                  Busqué  en  el  montón  empapado  y


                  resbaladizo,  apartando  palmas  y  trozos  de


                  tejido.  Encontré  a  Nebogipfel:  parecía  una


                  rata hiperdesarrollada, con el pelo pegado al

                  cuerpo  y  las  rodillas  apretadas  contra  el


                  pecho.  Había  perdido  las  gafas  y  se


                  estremecía  indefenso.  Me  alegré  de  haberle

                  encontrado con tanta facilidad; la noche era


                  su  momento  normal de  operación,  y  podría


                  haber  estado  en  cualquier  lugar  a  varias


                  millas del refugio.

                  Me  incliné  para  levantarlo,  pero  se  volvió


                  para mirarme, con el ojo roto como un pozo


                  de oscuridad.

                  —¡El  coche  del  tiempo!  ¡Debemos  salvar  el


                  coche del tiempo! —Apenas podía oír su voz


                  líquida  en  medio  de  la  tormenta.  Volví  a


                  intentar  levantarlo,  pero  sin  fuerzas  intentó

                  apartarse de mí.







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