Page 504 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
P. 504

meses, todavía habrá partículas radiactivas...


                  las radiaciones penetran en la piel... No es un


                  lugar seguro.

                  Agarré  su  cara  con  las  manos;  y  en  aquel


                  momento  —quemado  y  sediento  hasta  lo


                  indecible—  sentí  ganas  de  abandonarlo,


                  sentarme en aquella playa destruida, sin que

                  me  importasen los  fuegos,  las  bombas y  las


                  partículas radiactivas: sentarme y aguardar a


                  que  la  oscuridad  final  se  cerrase  a  mi

                  alrededor. Pero con mis últimas fuerzas dije:


                  —Entonces nos iremos de aquí, y trataré de


                  encontrar un lugar para descansar.


                  Ignoré  el  dolor  de  mi  piel  cuarteada  de

                  hombros y cara, deslicé las manos debajo de


                  su cuerpo y lo levanté.


                  Era  muy  tarde,  y  la  luz  se  iba  del  cielo.

                  Después  de  algo  así  como  una  milla,


                  estábamos lo bastante lejos para que el cielo


                  estuviese  limpio  de  humo,  pero  el  pilar


                  púrpura  sobre  el  cráter  de  carolinio  ilumi‐

                  naba el cielo oscurecido, casi tanto como las


                  lámparas  que  encendían  la  Bóveda  de


                  Londres.

                  Me  sorprendió  un  Pristichampus  joven  que


                  salió del bosque. La boca amarillenta estaba


                  completamente abierta en un intento de en‐


                  friarse, y vi que arrastraba una de las patas;

                  parecía ciego y aterrorizado.







                                                                                                     504
   499   500   501   502   503   504   505   506   507   508   509