Page 642 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
P. 642
—No era necesario un «empujón» —dijo
Nebogipfel—. En presencia de Máquinas del
Tiempo, y ése es el propósito real de la de‐
mostración, debes abandonar tus viejas ideas
sobre la causalidad. ¡Las cosas no son tan
simples! La colisión con la copia no era sino
una de las posibilidades de la bola, que la
mesa demostró para nosotros. ¿Lo ves? En
presencia de una Máquina del Tiempo, la
causalidad queda tan tocada que incluso una
bola estacionaria queda rodeada por un
número infinito de extrañas posibilidades.
Tu pregunta sobre «cómo empezó» no tiene
sentido: es un bucle causal cerrado, no hubo
primera causa.
—Puede ser —dije—, pero mira: todavía
tengo reparos sobre este asunto. Volvamos a
las dos bolas en la mesa, o mejor, a la bola
real y su copia. De pronto, ¡hay dos veces
más materia presente que antes! ¿De dónde
ha aparecido?
Me miró.
—Te preocupa la violación del principio de
conservación, la aparición o desaparición de
masa.
—Exactamente.
—No noté que te preocupases igualmente
cuando viajaste en el tiempo para
encontrarte con tu yo más joven. Porque en
642

