Page 477 - Hijos del dios binario - David B Gil
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encontraba allí.


                  —Pero  tengo  entendido  que  la  localizó  de


           nuevo.


                  —Así es, todo indicaba que había huido hacia



           la azotea.


                  —Y se le volvió a escapar.


                  —Tuvo ayuda, señor.


                  —Pero en la azotea estaba sola, ¿sí o no?


                  —Sí.


                  —Y se trata de una simple civil, una... oficinista,


           una madre de familia como su mujer o la mía. Sin



           embargo, escapó de usted, de un agente con años


           de experiencia sobre el terreno.


                  —Lo  lamento,  señor  Knocht,  no  intentaba


           excusarme,  pero  ahora  sabemos  que  Adelbert


           estaba allí. Las cámaras que instalé en el perímetro


           del edificio lo identificaron.


                  —Así es.


                  —No  lo  entiendo,  creí  que  formaba  parte  del


           programa.



                  Knocht asintió y se quitó las gafas oscuras con


           gesto tranquilo. El destello de la interfaz sobre los


           cristales  crepitó  brevemente  antes  de  desaparecer


           en  el  bolsillo  del  abrigo.  A  continuación,  miró


           directamente  a  su  interlocutor  a  los  ojos,  sus


           pupilas  dilatadas  como  las  de  un  adicto  a  los




                                                                                                            477
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