Page 479 - Hijos del dios binario - David B Gil
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—¿Cómo..., cómo es eso posible...?


                  —Porque su papel así lo precisaba. Adelbert es


           el  virus  aislado  que  se  inocula  en  el  sistema,  la


           debilidad                             estructural                              controlada.



           Afortunadamente,  está  amortizado,  y  debo  decir


           que  justo  a  tiempo,  pues  parece  dispuesto  a


           convertirse en un virus de lo más insidioso. Por eso


           me han hecho venir.


                  —¿Va a matarme, verdad?


                  —No  sea  ridículo  —sonrió  Knocht,  y  le  dio


           unos golpecitos en la rodilla—. Pero volvamos a su



           caso.  ¿En  cuántos  trabajos  de  campo  ha


           participado, agente Blasco?


                  —En  catorce,  señor  —respondió  el  sicario,


           incapaz de relajarse.


                  —¿Y en cuántos no alcanzó su objetivo?


                  —En... en dos. Mombasa hace cuatro años y..., y


           aquí.


                  —Correcto. ¿Sabe cuál es la diferencia entre la


           presente  misión  y  la  que  se  le  encomendó  en



           Mombasa?


                  —No, señor.


                  —Mombasa  era  una  misión  compleja,  el  error


           estaba contemplado y el objetivo no era prioritario,


           tan  solo  preferible.  Su  fracaso  obligó  a  buscar


           alternativas,  pero  se  encontraron.  Aquí,  sin




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