Page 736 - Hijos del dios binario - David B Gil
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trasero del pantalón y le entregó el teléfono. Giger
contempló con el ceño fruncido el inusual
dispositivo.
—Desbloquéelo.
Obedeció, y la mujer de Fenris comprobó el
registro de accesos a la Red almacenado en el
backup del sistema. Estaba vacío, como si no se
hubiera utilizado jamás. Entonces sonrió y bajó la
ventanilla. Durante un instante, Alicia pudo ver
que circulaban sobre un mar encrespado y saboreó
el aire salado que llegó hasta su boca. Beatrix
extrajo la batería del terminal antes de lanzarlo al
asfalto.
—Bien, ahora atiéndame —exigió mientras
cerraba la ventanilla—. Si de mí dependiera,
estaríamos yendo de camino al aeropuerto y nos
alejaríamos de este vertedero cuanto antes, pero al
parecer aquí las cosas funcionan de otro modo.
Nuestro anfitrión quiere conocerla, probablemente
querrá saber por qué nos hemos tomado tantas
molestias en dar con usted. —Giger le apartó, con
suavidad, un mechón apelmazado sobre la frente—
. Sea sumisa y trate de no encabronar al viejo.
Responda a sus preguntas, pero no diga una
palabra sobre la fundación ni sobre St. Martha. Si lo
hace bien, ambas volaremos hacia Europa esta
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