Page 738 - Hijos del dios binario - David B Gil
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encuentro.
—Señora Giger —saludó el sonriente emisario,
al tiempo que le tendía la mano.
Beatrix se tomó un instante para enguantar su
mano en cuero blanco antes de estrechar la que le
ofrecían.
—Hemos venido a cumplir nuestra parte del
trato —dijo la mujer—. Acabemos con esto de una
vez, nos espera un vuelo hacia Zúrich.
—Por supuesto, pero me temo que antes
deberán conocer a nuestro jefe de seguridad.
El responsable de seguridad resultó ser un viejo
de expresión severa y pose militar que los
aguardaba bajo un pórtico de madera ennegrecida.
Ni siquiera los saludó, se limitó a dirigirse en
mandarín al que les hacía de guía para que les
tradujera que los tres deberían ser cacheados. Ante
la mirada hosca de Giger, el emisario se disculpó:
—Lamento decirle que el señor Sanjo desconfía
por sistema de cualquier cara nueva,
independientemente de su tarjeta de presentación.
Y sin que mediaran más explicaciones, el viejo
pasó sobre sus cuerpos unas manos cubiertas por
sensores. Una luz roja parpadeó al deslizar los
guantes bajo las axilas del guardaespaldas de
Giger. El sicario gruñó, y tras consultar
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