Page 102 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
P. 102

Perrenoud (2004), se ha perdido el horizonte de sentido de la actividad. El director ha perdido el
                 rumbo, está desorientado, porque ha olvidado el norte, es decir, los ejes esenciales que dan sentido
                 a su rol en las escuelas.
                        Desde lo institucional y el sistema educativo mismo, el problema de la crisis quizás reside
                 en que la cuestión de la identidad de los directores ha desaparecido del discurso pedagógico actual.
                 El problema básico, la cuestión de la identidad de los directores, ha dejado de ser un problema para
                 los mismos docentes, directivos y autoridades ministeriales. Por eso sostenemos que el problema
                 fundamental  del  actual  sistema  educativo  reside  en  el  ocultamiento  de  la  identidad  de  los
                 directores, o de todo aquello que lo interrogue, interpele o indague, para producir procesos de
                 cambio y mejora.
                 Recordemos  que  indagar  sobre  la  acción  directiva  en  las  aulas,  con  relación  al  currículo,  nos
                 posibilita también reconstruir la identidad profesional de los directores de escuelas primarias. En
                 este sentido, Gonzalo, Pumares y Sánchez (2012), sostienen que nos encontramos con un primer
                 problema, que es precisamente el ocultamiento de la cuestión ideológica de los profesionales de la
                 educación. Sin embargo, Freire (2008), nos recuerda que no existe tal neutralidad ante la realidad,
                 ni  tampoco  ante  la  realidad  educativa.  Gestionar  una  escuela  y  enseñar  implica  estar  ya
                 comprometido con un modelo de hombre y con un modelo de sociedad, aunque el modelo científico
                 de la Psicología de la Educación que inspira nuestro sistema educativo reclama el distanciamiento
                 neutro y objetivo, no comprometido con ningún principio axiológico.
                        Desde  la  investigación  trataremos  de  desarrollar  una  crítica  a  esta  lógica  puramente
                 racional y técnica que prevalece en el discurso y práctica de la tarea de los directores. Por lo tanto,
                 el problema no hace más que empezar, porque la reconstrucción depende, en última instancia, de
                 la puesta en claro de los referentes de identidad ineludibles que constituye la práctica docente. De
                 lo contrario, estamos condenados a la desorientación o a la crítica por la crítica.
                        Los  estudios  de  Schön  (1998),  Imbernon  (1998),  Contreras  (1997),  Marcelo  y  Vaillant
                 (2009), Jofré y Gairín (2009), Antúnez (2012) nos muestran que la acción de los directores es
                 predominantemente técnica o burocrática, porque desde este enfoque el objetivo, para una buena
                 gestión escolar, es conocer la normativa, evitar los problemas y controlar al personal. Si la tarea que
                 realizan los directores se desarrolla desde una lógica puramente racional, esto significa que las
                 prácticas de enseñanza deseadas y esperadas que desarrollen los docentes también tienen que
                 tener esta lógica de trabajo.
                        De acuerdo a los estudios realizados por Schon (1998), es necesario que la tarea docente
                 transite por lógicas de trabajo donde se ponen en juego lo instrumental, lo didáctico, lo pedagógico
                 y la práctica reflexiva y la acción. Sin embargo, este no sería el único requisito, porque, por un lado,
                 para  Imbernon  (1998)  y  Souto  (1993),  también  es  necesario  la  adquisición  de  contenidos
                 psicosociopedagógicos y, por otro lado, Suarez (2000) y De Sousa Santos y Meneses (2014) aportan
                 que es necesario que los actores educativos, tengan un conocimiento contextual, tanto en términos
                 de  diferencia  cultural  como  ideológico-político.  El  objetivo  es  que  directores  y  profesores
                 desarrollen una tarea que les posibilite dar respuesta al gran objetivo de gestionar las escuelas y
                 enseñar en las aulas, pero desde un enfoque complejo, integral y social. Para Monetti (2014:40), lo
                 realmente importante es que directores y docentes “piense lo didáctico, la enseñanza desde su propia
                 experiencia y singularidad”.
                        En  este  sentido  compartimos  lo  que  sostienen  Sanjurjo  y  Rodriguez  (2013)  y  Asprelli
                 (2012), para quienes trabajar por la mejora del rol directivo y de las prácticas de enseñanza implica,
                 en primer lugar, cambiar aspectos endógenos a las escuelas, como las prácticas de directores y
                 maestros,  las  concepciones  sobre  ser  director  y  profesor  que  prevalecen  y  los  aspectos
                 organizativos.  Por  otro  lado,  habría  que  cambiar  los  aspectos  de  orden  exógeno,  en  este  caso
                 analizar el modelo de acceso al cargo y la normativa vigente.



                                                                                                              102
   97   98   99   100   101   102   103   104   105   106   107