Page 58 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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formación permanente ha sido objeto de análisis para el desarrollo de políticas gubernamentales,
revelando la importancia dada por el Estado a la regulación del trabajo docente en las últimas
décadas.
Al respecto de nuestra tarea y esbozando algunas hipótesis interpretativas – y aún provisorias-
podemos decir, siguiendo la explicación de Vezub sobre la conformación del campo, que la
formación permanente se configura inicialmente como un campo de prácticas o de intervención que
como campo de investigación. En el ámbito de la producción académica los datos obtenidos nos
señalan que la jerarquización de temas se orienta a poner en primer lugar la investigación sobre
políticas de formación permanente, esto es, un ámbito de intervención y regulación estatal y, en un
segundo lugar, las experiencias de formación.
La investigación sobre este tema se configura entonces, como orientada casi exclusivamente a
prestar servicio al estado y la definición de políticas públicas; lo cual no debe desmerecerse, pero
entendemos que ésta no debe ser la única finalidad de la investigación en este tema.
3- Objetivo: Desafíos
El término desafío es una variación del verbo desafíar, cuya etimología nos remite a la idea de
enfrentar a alguien poniendo en cuestión su palabra o seguridad. Hoy lo usamos como sinónimo de
reto, de acometer una iniciativa, generalmente dificultosa. ¿Cuáles son entonces los retos a los que
nos enfrentamos con la formación permanente como objeto de investigación?
En relación a nuestro proyecto, los retos que nos quedan por afrontar es la saturación de la
información y la profundización del análisis epistémico de cada eje o área de conocimiento
identificada en esta primera etapa del trabajo, esto es reconstruir la trama de categorías que
estructuran las investigaciones en los distintos ejes seleccionados.
Tarea ardua por cierto pero que esperamos pueda contribuir al campo de conocimiento sobre el
tema, dado que entendemos al Estado del Arte como punto de partida a lo inédito, que nos permite
inspeccionar lo no transitado, conocer los problemas para problematizarlos aún más, establecer
caminos vírgenes en cuanto a lo metodológico y conceptual (Jiménez Becerra, 2004: 31,36, 60).
Y pensando en la formación permanente como objeto de estudio, consideramos que estos datos –
provisionales aún- pueden ofrecernos pitas para pensar como meta y como reto la construcción de
una agenda de investigaciones sobre el tema.
Así, por ejemplo, a los investigadores educativos que nos interesa la formación docente,
podemos decirles que hay temáticas escasamente trabajadas y requieren ser atendidas desde la
producción científica, tales como: El sujeto formador de la formación permanente; los sujetos de la
formación; los modelos y prácticas de formación, las necesidades y demandas de formación
permanente, las instituciones de formación, la evaluación de la formación permanente y la historia
de la formación permanente. Las vacancias en estas áreas ameritan nuestros esfuerzos
investigativos.
Finalmente queda por decir que la problemática de la formación y desarrollo profesional de
maestros y profesores, exige de parte nuestra y del estado, respuestas acordes a la realidad y
sostenidas científica y socialmente, si es que pretendemos superar el modelo de mercado en las que
instituciones y los actores principales de este campo han quedado muchas veces entrampados. Las
acciones de formación necesitan ser conocidas, indagadas, problematizadas, porque a partir del
conocimiento pueden ser revisadas y mejoradas.
El conocimiento nos ilumina, nos libera, nos transforma, nos une y nos hace más solidarios y
sensibles a la realidad que vivimos. De allí nuestro compromiso compromiso científico y ético como
investigadores y formadores. Espero que esta exposición haya contribuido a iluminar este desafío,
al que estamos todos invitados.
Muchas gracias.
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