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como abstractos con escasa vinculación con sus realidades y necesidades de la práctica. Irrumpió
                 entonces  la  pregunta:  ¿qué  está  pasando  con  esta  formación,  porqué  estas  situaciones,  esta
                 desigualdad, estas críticas, este malestar? ¿qué pasa con las políticas, los formadores, las acciones
                 de formación y sus formatos pedagógicos que parecen tener muy poca relación con las necesidades
                 de los maestros? ¿Cómo podrían transformarse en experiencias significativas para los maestros?
                   José  Contreras  Domingo  (2010)  nos  sugiere  hacer  una  experiencia  la propia  experiencia  de
                 investigar la experiencia, valga la redundancia. Y para mí esa experiencia, como muchas otras que
                 recuperamos en dichos viajes, fue una experiencia significativa, vivenciada desde la mente y el
                 corazón, desde la sorpresa, la impotencia y el dolor, dolor maestro. Experiencia con sentido, que me
                 dejó huellas, que me interpelaba y me comprometía. Esa experiencia se convirtió entonces en la
                 fuente que dio origen a la investigación que este año, me animé a encarar con otros colegas con
                 quienes nos encontramos con inquietudes similares.

                 2- Segundo objetivo: el Proyecto.
                        Etimológicamente ‘Proyecto’ deriva del latín proiectare, un compuesto del verbo iectare, y
                 también iacere, ambos con el sentido de ‘arrojar’, ‘lanzar’ que con el agregado del prefijo pro -con
                 valor temporal- tiene el sentido literal de ‘arrojar hacia adelante’, ‘lanzar hacia el futuro’. De este
                 modo  proiectare  se  acerca  a  la  idea  de  ‘planificar’,  de  prever,  de  anticiparse  a  lo  que  vendrá
                 (CASTELLO, Luis et.al: 2005:90).  Un proyecto de investigación, es entonces ese plan de trabajo que,
                 con  una  visión  prospectiva,  está  orientado  a  la  construcción  sistemática  y  metódica  de
                 conocimientos acerca de una problemática de la realidad educativa.
                        Las experiencias vividas que relaté dieron como fruto la formulación de un proyecto marco
                 que tiene como objeto de estudio la formación permanente de profesores.
                        En  la  focalización  del  objeto,  apelamos  a  los  aportes  de  la  Pedagogía  de  la  Formación
                 Docente (Davini, M.C. 1997) y a la Pedagogía del Desarrollo profesional docente (Vezub, 2013;
                 Imbernón,  2007;  Perlo,  1998).  Pero  existe  una  variedad  de  prácticas  y  términos  que  hacen
                 referencia  a  las  acciones  de  formación  post-inicial  de  los  profesores  (capacitación,
                 perfeccionamiento, formación continua, etc.), la variedad semántica nos obligó a tomar decisiones
                 y a despejar los supuestos de cada una. Así, pudimos advertir que cada una de ellas se relaciona
                 directamente con distintos enfoques y modelos de formación. Así, Perlo (1998, cit, por Serra 2004),
                 señala al respecto que las acciones de perfeccionamiento, la actualización y el reciclaje responden
                 a un modelo que toma la formación como “aggiornamiento” o puesta al día, que ubican al docente
                 en un lugar de pasividad y dependencia. En cambio, el modelo asociado a la formación permanente
                 o de desarrollo profesional, en general, no se orienta al “aggiornamiento” sino a la revisión, reflexión
                 y transformación de la práctica docente. Profundizando la noción de “desarrollo profesional” se
                 puede decir que refiere a un proceso dinámico y evolutivo de la profesión y función docente a través
                 de la mejora de los conocimientos profesionales, a una actitud de constante aprendizaje por parte
                 de los profesores (Imbernón, F. 2007:45).  Por su parte, para Alanís Huerta (1997) la noción de
                 formación permanente alude a que el sujeto participa de manera voluntaria en la planeación, el
                 desarrollo  y  la  evaluación  de  su  propia  formación,  en  el  marco  de  un  proceso  de  formación
                 autogestionaria.
                        Con  estas  conceptualizaciones  iniciales  y,  desde  un  análisis  multidimensional,  multi-
                 referencial  y  complejo,  planteamos  como  objetivo  general  de  este  proyecto  el  conocer  y
                 comprender cómo y con qué sentidos se aborda esta formación desde distintas dimensiones de
                 análisis:  la  producción  científica,  las  políticas,  los  sujetos,  las  prácticas  y  las  instituciones
                 involucradas en estos procesos. En realidad, no pretendíamos estudiar todas estas dimensiones,
                 pero al conformar el equipo de investigación, nos encontramos con algunas dificultades para la
                 obtención  de  antecedentes  necesarios  para  justificar  las  distintas  líneas  de  trabajo:  políticas,
                 sujetos,  prácticas  e  instituciones  de  formación.    Practicando  la  reflexividad  epistemológica  y

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