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ENTREVISTA CON JOSÉ MARÍA VALVERDE
Dependiendo de los resultados, se convertirá Realmente, dispongo de una buena colec-
o no en luthier. Por tanto, en cuanto a su pre- ción de violines y violas “construidos” por
gunta, el luthier no tiene por qué ser músico, mí –no me gusta la palabra “fabricados”, me
pero indudablemente este grado elemental suena mal–. Estoy orgulloso de mis ciento
que se exige enAlemania le permite manejar cuatro hijos de madera, con aproximadamen-
el instrumento con cierta soltura.Al no haber te treinta y cinco mil o cuarenta mil horas de
una luthería tradicional en España, ni escue- trabajo a mis espaldas. Pero más que del nú-
las que formen a los futuros luthiers, cada mero estoy orgulloso de la calidad de estos
uno sale de donde puede y aprende sobre la instrumentos, los cuales no me he planteado
marcha. Es un milagro que alguien pueda ha- nunca vender. A un buen padre no le gusta
cer algo realmente en serio. A pesar de todo, alejarse de sus hijos y siento un gran placer
hay quien lo consigue con tesón y amor pro- mimándolos, cosa que hago a diario. No me
pio, pero la laguna que existe propicia tam- gustaría que se disgregaran y, por esa razón,
bién muchos abusos. a mi hijo José se le ocurrió la idea de crear
una asociación para su conservación, y mos-
“La cualidad de un buen luthier trarlos –bien en exposiciones o en concier-
reside en una buena formación” tos– para que no sean piezas de museo, sino
algo vivo. Todos están en perfecta puesta a
En comparación con un buen intérprete, ¿qué punto, y deseando sonar y mostrar sus cuali-
cualidades debe tener un buen luthier? Hábleme dades. No he recibido ninguna oferta en con-
de ambos. junto, pero lo que hoy vale dos, dentro de cien
Tenemos ocasión de oír a grandes intérpretes años valdrá veinte... aunque yo no lo he he-
que actúan regularmente con nuestras or- cho pensando en el dinero, sino por la satis-
questas. Por lo general, traen magníficos ins- facción intrínseca que esto me produce.
trumentos –disfrutamos a menudo de Stradi-
varius, Guarnieri, etc.– pero para conocer un ¿Y no hay nadie en su familia que quiera tomarle
buen luthier tendremos que visitar a Charles el relevo?
Beare en Londres (para mí el número uno de Tengo la suerte de tener cuatro hijos maravi-
Europa y del mundo) o a otros también muy llosos, los cuatro universitarios, pero nunca
buenos de distintas capitales europeas. Aquí he tratado de forzar sus rumbos.
es donde nuestro nivel desciende de manera
abrupta, ya que carecemos –como digo– de Desconozco si ha recibido algún encargo o la ofer-
verdaderos profesionales. Puede haber algu- ta de algún comprador maravillado por alguna de
na excepción, pero hablo en general. Para mí sus piezas.
la cualidad de un buen luthier reside en una Los violines nuevos no suelen ser del gusto
buena formación, no aislada sino recibida a de los profesionales, porque muchas veces
través de una gran escuela o trabajando va- ocurre que lo que hoy suena, pasados unos
rios años con un maestro luthier. años, no lo hace igual; el sonido, en vez de
progresar, se queda como rígido debido a los
En su casa tiene una amplísima colección de vio- componentes de los barnices. Los violines
lines y violas fabricadas por usted. No sé si ya se necesitan de unos años para que se sepa hacia
ha planteado qué va a hacer con esta colección dónde van. Mi amigo Charles Beare dice que
el día de mañana, si ha tenido alguna oferta en siempre busca en un violín nuevo el que va a
este sentido... sonar en diez años y se cotizará en cien. Bajo
este criterio he hecho yo mi trabajo. Espero
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