Page 128 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


            qué  desgracia.  Porque  este  Huesos,  si  bien  hombre

            fuerte para el trabajo, y que no le pide a la vida, como

            yo, más que la comida y algo de vino, muy poco... Por


            cierto. Huesos, pásate para acá una botella de fresco,

            que el amigo y yo pasemos algo por la garganta...


               El  Huesos  extrajo  de  un  anaquel  una  botella  sin


            etiqueta, le quitó el corcho, se echó al cuerpo un trago

            más  bien  largo,  y  la  tendió  después,  cortésmente,

            haciendo una espantosa mueca con su cara de trasgo,


            a Sergio. Este, por no despreciarla, después de limpiar

            disimuladamente el gollete con la mano, echó un breve

            trago. Le encontró mejor sabor que el día anterior (o


            era otro líquido diferente), y después de pensarlo un

            momento, repitió. Sabía intensamente a cosa natural, a

            una  clase  de  fruta  que  no  conocía...  el  contenido


            alcohólico era ligero, pero reconfortante.


               —¿Es lo mismo que bebimos ayer?


               El Huesos exhaló unos sonidos extrañísimos, mezcla


            de  sierra  mecánica  y  animal  al  que  degüellan,  que,

            después de pensárselo mucho, pudo Sergio identificar

            como  una  risa.  El  Manchurri  también  se  reía,  en  un


            tono más bajo y discreto.


               —No,  por  favor...  no.  El  bicho  este  —señaló  al

            enano— se confundió y sacó una botella de colonia de

            la  peor...  con  el  susto  que  llevábamos  los  dos  en  el




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