Page 126 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


               —Eso  he  dicho,  y  no  otra  cosa  ¡pardiez!...  Arreglo

            paredes,  pulo  mortero  y  cemento,  si  a  mano  viene...

            pongo una mano de tejas, hago bonitas soldaduras...


            limpio  y  reparo  toda  clase  de  herramientas,  grabo

            cucharas  con  las  iniciales  de  quien  le  dé  por  esa


            pijada...  y  sobre  todo,  soy  el  editor  y  periodista  del

            único periódico de este país: «El clarinazo matinal y

            avisador irregular de la gran región europea», lo cual,


            todo  hay  que  decirlo,  porque  si  no  se  dice,  no  se

            escucha, me ha costado más de un estacazo... Vamos a

            dejar la olla esta en paz, que si no, no habrá presión, y


            te enseñaré lo de atrás...


               —¿No explotará?


               —Podría  ser,  pero  si  explota...  no  creo  que  nos  dé

            tiempo  a  enterarnos.  Sírvete  eso,  ¡oh,  joven  que  me


            escuchas, de consuelo... Ven conmigo.


               Dieron  la  vuelta  al  carromato,  y  se  acercaron  a  la

            parte  trasera,  en  la  cual  las  puertas  continuaban


            abiertas. La plomiza luz del día entraba hasta el fondo,

            revelando un amplio sector separado por un tabique

            de la parte delantera, y lleno de estantes cubiertos de


            las cosas más diversas. Al fondo había un ingenio de

            metal, de metro treinta de altura, con una gran rueda

            pintada de negro...


               —La  prensa  —dijo  el  Manchurri—.  Ahí  edito  el




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