Page 145 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


            nada, realmente, pero en ensalada, con algo de vinagre

            y sal, y acompañadas con más cosas, no están mal. Pero

            hacen  el  mismo  efecto  comiéndolas  así...  Puedes


            llevarte unas cuantas, si quieres. Pueden hacerte falta.


               —¿Para qué?


               —Bueno... tú no lo sabes... ¿no tenéis de esto en la

            Ciudad?  No;  supongo  que  no.  Mira;  cuatro  o  cinco


            bayas hacen que al par de horas o así, se pueda hacer

            el amor, sin tener hijos... dura un día o dos... Todos las

            usamos, cuando hace falta... ¿Qué usáis en la Ciudad?


               —Píldoras  —contestó  Sergio,  sintiendo  que  los


            colores  le  subían  a  la  cara—.  Pero  no  las  venden  a

            todos...  sólo  a  ciertas  personas...  no  es  que  sea


            imposible... pero...


               —¡Anda!  —dijo  ella,  mirándole  picaramente—.  ¡Te

            has puesto colorado! ¿Te da vergüenza hablar de esto?


               —¡A mí que me va a dar vergüenza! Las nubes del


            día  anterior  habían  reaparecido  aumentadas  y

            amenazadoras. Un relámpago vibró a lo lejos, trazando

            un  ramalazo  blanquecino  entre  los  revueltos


            nubarrones. Acompañadas del trueno, comenzaron a

            caer las primeras gotas...


               —¡Nos vamos a mojar...!


               Cogidos de la mano, corrieron hacia la casa, pasando


            de una plantación a otra a través de estrechos senderos

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