Page 39 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


            a lanzarse sobre ellos.


               —Es  aquí.  Esperaremos  fuera  para  acompañarte.

            Date prisa.


               Había en el muro una puerta de acero, con un robusto


            volante. El Oficial Huntz lo hizo girar, y la puerta se

            abrió hacia fuera, revelando una habitación alargada,

            con las paredes desnudas. Pero Sergio sólo tenía ojos


            para el aparato que había en el centro: Negro, alargado

            como  una  bala  de  fusil,  de  unos  ocho  metros  de

            longitud, tumbado sobre unos carriles enmohecidos...


            Y  al  fondo  una  compuerta  circular,  de  un  tamaño

            ligeramente superior al del ingenio.


               —Ahí tienes tu tumba, amigo —dijo el Oficial Huntz,


            después de cerrar la puerta—. Valor; esto es cosa de

            minutos...  ¡Ah,  sí!  Coge  ese  libro  que  hay  ahí;  es  la

            única ayuda que te permiten...



               En el sucio suelo, al lado de las toberas de la navecilla

            negra,  había  un  pequeño  folleto,  mal  editado  y

            encuadernado pobremente.


                   CONSIDERACIONES  ETNOGRAFICAS  SOBRE


                   LOS  SALVAJES  TERRESTRES,  por  el  profesor

                   SINGAGONG.


               Le temblaban las manos, pero, a pesar de eso, cogió


            el  libro  y  se  sentó  en  el  suelo,  junto  a  la  navecilla,

            mientras el Oficial Huntz revisaba los mecanismos por


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