Page 61 - 20 LABERINTO DE LA SOLEDAD--OCTAVIO PAZ
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Otra circunstancia favorable al desarrollo de la Revolución era la situación internacional del
gobierno de Díaz. Siguiendo una política preconizada por liberales como Lerdo y por casi todo el
partido conservador, Porfirio Díaz quiso limitar la influencia económica norteamericana acudiendo
al capitalismo europeo. "Las relaciones internacionales despertaron honda preocupación en las
postrimerías del Gobierno de Díaz. El apoyo concedido al capital inglés provocó recelos en el
norteamericano. Hubo otras causas de enfriamiento, como la protección que Díaz ofreció al
Presidente de Nicaragua, la negativa a conceder una prórroga para que permaneciera la flota de los
Estados Unidos en la bahía Magdalena y el fallo favorable a México que dictó un arbitro canadiense
en el conflicto de límites conocido con el nombre del Chamizal. Es indudable que los Estados
Unidos toleraron en su territorio la acción política de los revolucionarios, pero no es posible reducir
la Revolución mexicana, como quieren algunos conservadores, a una conspiración del imperialismo
yanqui. La intervención posterior del embajador norteamericano en el golpe de mano contrarre-
volucionario que derrocó al presidente Madero prueba hasta dónde debe limitarse la influencia
extranjera en el desarrollo de la Revolución.
Si las huelgas y revuelta campesinas minaban la estructura social de la Dictadura y la inquietud
política en las ciudades hacía vacilar la confianza de Díaz en el apoyo popular, en la esfera de las
ideas dos jóvenes, Antonio Caso y José Vasconcelos, emprendían la crítica de la filosofía del
régimen. Su obra forma parte de la vasta renovación intelectual iniciada por el grupo llamado Ate-
neo de la Juventud.
Antonio Caso acomete, en 1909, el examen de la filosofía positivista. En el curso de siete
conferencias (las tres primeras dedicadas a Comte y sus precursores, las cuatro restantes al
"positivismo independiente", Stuart Mili, Spencer y Taine), expone su inconformidad con la
doctrina oficial. En su examen utiliza sobre todo la filosofía de la contingencia de Boutroux y
algunas ideas de Bergson. Al final de sus conferencias, Caso dio a conocer su filosofía personal. He
aquí cómo relata Henríquez Ureña este acto de fe: "Caso, ante la inminente invasión del
pragmatismo y tendencias afines, se postula intelectualista... haciendo el elogio de los grandes
metafísicos constructores, Platón, Spinoza, Hegel; y a la vez se declara idealista en cuanto al
problema del conocimiento... su profesión de fe termina con una cita ('Todo es pensamiento'...) de
Henri Poincaré, el sabio pragmatista... La conferencia final de Caso fue un alegato en favor de la
especulación filosófica. Entre los muros de la Escuela Preparatoria, la vieja escuela positivista,
volvió a oírse la voz de la metafísica que reclama sus derechos inalienables.”
Vanconcelos era anti-intelectualista. Filósofo de la intuición, considera que la emoción es la
única facultad capaz de aprehender el objeto. El conocimiento es una visión total e instantánea de la
realidad. Vasconcelos elabora más tarde una "filosofía de la raza iberoamericana", que continúa una
corriente muy importante del pensamiento hispanoamericano. Pero la influencia de este pensador se
dejará sentir años más tarde, cuando ocupa la Secretaría de Educación Pública en el Gobierno del
nuevo régimen.
La crítica del positivismo fue decisiva en la historia intelectual mexicana y es uno de los
antecedentes imprescindibles de la Revolución. Pero es un antecedente negativo. Caso y sus
compañeros destruyen la filosofía oficiosa del régimen sin que, por otra parte, sus ideas ofrecieran
un nuevo proyecto de reforma nacional. Su posición intelectual apenas si tenía relación con las aspi-
raciones populares y con los quehaceres de la hora. La diferencia con la generación liberal es
significativa. Esta circunstancia no dejaría de tener muy graves consecuencias en la historia del
México contemporáneo. Desnuda de doctrinas previas, ajenas o propias, la Revolución será una
explosión de la realidad y una búsqueda a tientas de la doctrina universal que la justifique y la
inserte en la Historia de América y en la del mundo. Mas si el pensamiento de Caso no ejerció
influencia en la doctrina de la Revolución, su persistente amor al conocimiento, que lo hizo
proseguir sus cátedras cuando las facciones se acribillaban en las calles, lo convirtió en un hermoso
ejemplo de lo que significaba la filosofía: un amor que nada compra y nada tuerce.
Tales son, condensados sumariamente, los antecedentes más notorios de la Revolución. Sus
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