Page 161 - 14 ENRIQUE IV--WILLIAM SHAKESPEARE
P. 161

www.elaleph.com
               Enrique IV                             donde los libros son gratis

                   Mal año! Uno debe soportar al otro y ese debe ser vos; sois el
               navío más débil, como dicen, el más vacío.
               DOROTEA.- Puede acaso un débil navío vacío soportar semejante
               tonel repleto? Tiene dentro todo un cargamento de Burdeos. Nunca
               habéis visto un barco con la bodega tan cargada. Vamos, seamos
               amigos, Jack; vas a partir a la guerra y si te volveré a ver o no, es
               cuestión que a nadie interesa.
                   (Vuelve el mozo)
               MOZO.- Señor, el porta- insignia Pistola está ahí abajo y desea
               hablaros.
               DOROTEA.- Que el diablo se lleve a ese camorrista! No le dejéis
               entrar aquí; es el pillo de boca más sucia que hay en Inglaterra.
               POSADERA.- Si arma camorras, que no entre aquí; no, a fe mía, que
               tengo que vivir entre mis vecinos; no quiero pendencieros. Tengo
               buen nombre y buena fama entre la gente más honorable... Cerrad la
               puerta: aquí no me entran camorristas. No he vivido hasta hoy para
               tener camorras ahora; cerrad la puerta, por favor.
               FALSTAFF.- Puedes oírme, posadera?
               POSADERA.- Os lo ruego, pacificaos, Sir John; no entran
               pendencieros aquí.
               FALSTAFF.- Pero óyeme, es mi porta-insignia.
               POSADERA.- Ta! ta! ta! no me habléis de eso, Sir John. Vuestro
               insigne fanfarrón no entrará por mis puertas. Me encontraba el otro
               día en presencia de maese Tísico, el diputado- y como me dijera (no
               más tarde que el miércoles último)...  Vecina Quickly-,  me dijo...
               Maese Mudo, el predicador, estaba también allí... Vecina Quickly, me
               dijo,  recibid a la gente culta; porque,  añadió,  tenéis mala
               reputación... Bien sé yo porqué me decía eso... Porqué, dijo, sois una
               mujer honrada y estimada; en consecuencia, tened mucho cuidado
               con los huéspedes que recibís. No recibáis, dijo, gente camorrista. No
               entran aquí... Os habríais maravillado de oír a maese Tísico. No, nada
               de camorristas!

                                          161
                          Este documento ha sido descargado de
                                  http://www.educ.ar
   156   157   158   159   160   161   162   163   164   165   166