Page 21 - 13 EL MERCADER DE VENECIA--WILLIAM SHAKESPEARE
P. 21
GRACIANO.- ¡Señor Bassanio!
BASSANIO.- ¡Graciano!
GRACIANO.- Tengo una petición que haceros.
BASSANIO.- Os está concedida.
GRACIANO.- No me la podéis negar. Quiero acompañaros a Belmont.
BASSANIO.- Pues bien; puedes hacerlo. Pero escúchame, Graciano:
eres demasiado petulante, demasiado brusco y de tono altanero. Esas
maneras te van muy bien, y a nuestros ojos no parecen, de ningún
modo, chocantes; pero allí donde no eres conocido parecen libres con
exceso. Te ruego que te tomes el trabajo de moderar por medio de
algunas frías gotas de reserva las vivacidades de tu carácter, por
miedo de que tu extravagancia habitual no haga juzgarme mal en el
sitio adonde voy y no destruya mis esperanzas.
GRACIANO.- Escuchadme bien, signior Bassanio: si no adopto una
grave actitud, si no hablo con respeto, y si me ocurre jurar con
frecuencia; si no llevo en mis bolsillos un libro de rezos y si no
miro con beatitud; más aún: si mientras que se dan las gracias no
tapo los ojos con mi sombrero, de este modo, suspirando y diciendo
amén; si, en una palabra, no observo todas las reglas de la
civilidad tan estrictamente como un joven que ha estudiado la forma
de darse un aspecto austero para agradar a su abuela, no tengáis
jamás confianza en mí.
BASSANIO.- Bien; veremos vuestra conducta.
GRACIANO.- La veremos; pero descarto la noche de hoy de nuestro
convenio; no me juzguéis por lo que haga en esta velada.
BASSANIO.- No, sería una lástima; rogaré más bien a vuestro ingenio
para que despliegue esta noche su más hermoso traje de alegría, pues
contaremos con amigos que se proponen divertirse. Pero, adiós, tengo
algunos quehaceres.
GRACIANO.- Y yo debo ir a encontrarme con Lorenzo y los otros; mas
nos volveremos a ver a la hora de cenar. (Salen.)
Escena III
Venecia. -Una habitación en casa de SHYLOCK.
Entran JESSICA y LAUNCELOT.
JESSICA.- Estoy enfadada porque abandonas así a mi padre; nuestra
casa es un infierno, y tú, alegre diablo, divertías un poco su
atmósfera de fastidio. Sin embargo, que lo pases bien; aquí tienes
un ducado para ti. Esta noche, en la cena, Launcelot, verás a
Lorenzo, que es el convidado de tu nuevo amo; dale esta carta en

