Page 35 - Los Humanoides - Jack Willianson
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Capitulo IV
Claypool trepó, inquieto y sin aliento.
—¡Por favor, tenga cuidado! —le llegó nuevamente
la voz de la niña, perdidas dos o tres palabras por la
violencia del viento y las olas—... húmedas y puede
caerse, .., el señor White espera. ¡Dice que está muy
contento por su visita!
Ironsmith corrió a encontrarse con la niñita
saltando sabré las rocas rociadas de tanto en tanto por
las olas. Al llegar junto a. ella le sonrió y diciéndole algo
inaudible, le dio una tableta de goma de mascar. La
criatura le agradeció gravemente y Claypool pensó que
se demostraban excesiva confianza.
Aurora Hall lo recibió con una tímida sonrisa,
extendiendo una mano pequeña y sucia hacia
Ironsmith que la tornó alegremente para dejarse
conducir.
Por fin llegaron a una arcada abierta en la base de
la vieja torre.
—¡Señor White! —llamó Aurora con voz tímida—.
¡Señor White!
Un hombre corpulento salió casi inmediatamente.
Era muy alto y tenía cierto aire espléndido de
aristócrata vagabundo. Su flotante cabellera y
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