Page 37 - Los Humanoides - Jack Willianson
P. 37
White lo miró con ojos brillantes y azules.
—No soy ciudadano —repuso suavemente el
gigante—. Además no llegué a la Tierra en vehículo
alguno.
—Y entonces corno...
Claypool se interrumpió conteniendo la
respiración. La niña había llevado la mano al bolsillo
sacando una conchilla de brillantes colores que ofreció
a Ironsmith. El matemático la tomó con toda seriedad
y le agradeció haciendo una reverencia. Resultaba
sospechoso advertir en qué forma se mostraba
familiarizado con aquella gente...
—¿Cómo hizo esta criatura para entrar en
Starmont? —inquirió, parpadeando.
White lanzó una atronadora carcajada.
—Aurora tiene algunas facultades notables —
repuso.
—Oiga, señor White —un rápido resentimiento se
advertía en la voz del astrónomo—. No me gustan sus
veladas insinuaciones y tampoco el método que utilizó
para atraernos hasta aquí. Exijo una inmediata
explicación.
—Usted está tan rodeado por las regulaciones que
es imposible acercársele —repuso suavemente el
gigante, desarmándolo con su amable sonrisa—.
37

