Page 450 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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Los enebros pasaron por debajo de nosotros
como una exhalación. La Bestia superó la
siguiente colina cincuenta pies por encima de los
árboles, parecía tener voluntad propia, como una
alfombra mágica. Ya del otro lado se deslizó
hacia abajo. Así pasábamos al siguiente sueño.
Cima estaba radiante, como una niña pequeña
que ha sobrevivido a la montaña rusa de agua.
Se me arrimó y me pellizcó el brazo.
¿Lo ves? Estamos vivos. ¡Así se hace!
Estamos despiertos.
¡Qué cosas más raras dices!
Hasta los corderos se habían contagiado del
espíritu imperante. Ya no lloraban, sacaban las
cabecitas entre las mochilas y seguían la
conversación, como dos inocentes auxiliares de
vuelo de orejas caídas. Que ellos supieran, todo
aquello no era más que el siguiente paso en el
ciclo de la vida de una oveja.
Cruzamos el gran río y vimos al Abuelo
sentado en su mochila, como un autoestopista
cualquiera al borde de una asoleada carretera del
desierto. Tenía un aire resuelto y a la vez
obstinado, allí pegado a su larga sombra, con el
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