Page 460 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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latiendo como el corazón de un ente vivo, y
aquella discordancia —la ciudad calcinada en el
fin del mundo conocido y la luz viva, palpitante, la
voz de la controladora transmitiendo órdenes
rutinarias— acabó por despertar mi atención y se
me erizó el vello de la nuca. No sabría decir por
qué, salvo que resultaba extraño, como mínimo,
que tuvieran energía. ¿Pero por qué no iban a
tenerla? Nosotros teníamos en Erie. Muchos
aeropuertos habían reforzado el suministro
eléctrico con energía solar y eólica… O que el
faro no debería estar funcionando a plena luz del
día, en condiciones VFR. No sé por qué, solo sé
que algo me puso en alerta.
Alineé el avión. Giré veinte grados a la
izquierda y lo enderecé para la aproximación final
y allí estaba la larga pista para jets,
extendiéndose de este a oeste ante nosotros,
como una visión. Y en buenas condiciones. O al
menos lo parecía desde arriba. No se veía
desgastada, agrietada, llena de baches, como
todas las demás pistas al este de las montañas.
Alguien se había molestado en cuidarla. Por lo
menos era la impresión que daba a kilómetro y
medio de distancia y descendiendo. Tiré del
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