Page 54 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
P. 54
En todas las instalaciones militares los centinelas usaron
los rifles. Algunos dieron el alto y luego dispararon; pero
la mayoría sólo dispararon y siguieron disparando hasta
acabar las municiones. Los marcianos les hacían burla, im‐
pulsándolos a seguir.
Los soldados que no tenían armas a mano corrieron a
buscarlas. Algunos utilizaron granadas. Los oficiales usa‐
ron sus pistolas. El resultado fue una terrible carnicería en‐
tre los soldados. Los marcianos parecieron divertirse mu‐
cho.
Con todo, la mayor tortura mental fue infringida a los ofi‐
ciales al mando de las instalaciones militares secretas. Por‐
que más pronto o más tarde, según su grado de inteligen‐
cia, comprendieron que los secretos dejaban de serlo, fue‐
sen importantes o no. Al menos para los marcianos; y en
vista de que los marcianos adoraban el chismorreo, tam‐
poco serían secretos para nadie.
No es que los marcianos tuviesen ningún interés en los
asuntos militares por sí mismo. Sólo les movía su afición a
causar dificultades. De hecho, no se mostraron impresio‐
nados en lo más mínimo tras examinar las plataformas de
lanzamiento de los cohetes intercontinentales, los depósi‐
tos secretos de bombas A o H, los archivos secretos o los
planes secretos de defensa elaborados por el Pentágono.
–Bagatelas, Mack.
Uno de ellos, sentado encima de la mesa de despacho de
un general, al mando de la base Able (en aquel momento
nuestro secreto militar más importante), le decía al general:
54

