Page 58 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
P. 58
Segunda Parte ‐ La vida con los marcianos
— 1 —
Los marcianos se quedaron, y nadie podía adivinar por
cuánto tiempo. Cabía la posibilidad de que se quedasen
para siempre. No era de nuestra incumbencia.
Y muy poca cosa se aprendió de ellos, aparte de lo que
era obvio al cabo de un día o dos de su llegada.
Físicamente todos eran muy parecidos. Aunque no eran
idénticos, mostraban mucha menos variación física entre
ellos que entre seres humanos de la misma raza y sexo.
La única diferencia importante era de tamaño: el más alto
tendría noventa centímetros de estatura, y el más pequeño,
cosa de sesenta y cinco.
Entre los seres humanos había diversas tendencias para
explicar esa diferencia de tamaño entre los marcianos. Al‐
gunos creían que todos eran varones adultos –y sus rostros
contribuían a crear esa impresión– y que la variación de al‐
tura de unos a otros era tan natural como lo es entre los
hombres.
Otros pensaban que dicha diferencia indicaba una edad
distinta; que era probable que todos fuesen varones adul‐
tos, pero que su crecimiento no cesara con la edad adulta,
por lo que los bajitos eran relativamente jóvenes y los altos
relativamente viejos.
58

