Page 56 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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Tampoco se hallaban más interesados en las enormes ins‐
talaciones, como por ejemplo la base de Nuevo México
donde se estaba montando el satélite artificial, que en los
detalles de la vida del más humilde coolie de Shanghai. Se
burlaron por igual de ambas cosas.
En todas partes irrumpieron en la vida privada de todos.
Bueno, en realidad ya no existía tal cosa. Ya desde la pri‐
mera noche resultó obvio que mientras ellos estuvieran en
la Tierra no habría aislamiento posible, ni secretos, tanto en
la vida de los individuos como en las maquinaciones de las
naciones.
Todo lo referente a nosotros, como individuos o como
grupo, les interesaba, les divertía y era motivo de burla
para ellos. Sin duda, el verdadero objeto de estudio de los
marcianos era el hombre.
Los animales no les interesaban, aunque no vacilaron en
asustarlos o excitarlos cuando tal acción podía tener el
efecto indirecto de molestar o perjudicar a un ser humano.
Los caballos fueron particularmente afectados, y el mon‐
tar a caballo, ya fuese como deporte o como medio de
transporte, se hizo tan peligroso que llegó a ser imposible.
Mientras los marcianos estuvieron con nosotros, sólo las
personas obstinadas se atrevieron a ordeñar una vaca que
no se hallase firmemente sujeta, con las patas atadas y la
cabeza amarrada a un poste.
Los perros se volvieron frenéticos; muchos atacaron a sus
dueños y tuvieron que ser eliminados.
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