Page 59 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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Había quién creía que los altos eran probablemente varo‐
nes y los bajitos hembras, y que las diferencias de sexo, cua‐
lesquiera que fuesen, sólo se manifestaban en la altura
cuando iban vestidos. Dado que nadie había visto a un
marciano desnudo, esta teoría, al igual que las otras, no po‐
día ser demostrada ni refutada.
Y aún existía la teoría de que todos los marcianos eran
iguales a nivel sexual, bien porque fuesen hermafroditas, o
porque careciesen de sexo, tal como nosotros lo entende‐
mos, y que posiblemente se reproducían por partenogéne‐
sis u otro medio que ni siquiera podíamos adivinar. Incluso
podía ocurrir que creciesen en los árboles, como los cocos,
para caer al suelo cuando estuvieran maduros, ya adultos
e inteligentes, dispuestos a enfrentarse con su mundo o a
burlarse del nuestro. En tal caso, los más pequeños podían
ser niños recién caídos del árbol como si dijéramos, pero
tan llenos de maligno humorismo como los más viejos.
Nunca descubrimos lo que comían o bebían, y ni siquiera
si lo hacían. No podían comer los alimentos terrestres,
desde luego, ni siquiera tomarlos del plato, por la misma
razón por la que tampoco nosotros podíamos tocar a los
marcianos. Mucha gente pensaba que, ya que su sistema de
kwimmar era instantáneo, un marciano sencillamente
kwimmaría a Marte en las ocasiones en que necesitara co‐
mer o beber. En cuanto al sueño, si es que lo necesitaban,
nadie había visto a un marciano durmiendo en la Tierra.
En realidad, sabíamos muy poco sobre ellos.
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