Page 60 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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Tampoco estábamos seguros de que estuvieran entre no‐


          sotros en persona. Muchos, en especial los científicos, in‐


          sistían en que una forma de vida incorpórea, sin masa, no


          puede existir. Y que por tanto lo que veíamos no eran los



          mismos marcianos sino sus proyecciones; que los marcia‐


          nos poseían cuerpos tan sólidos como los nuestros y que


          los dejaban en Marte, posiblemente en estado de trance, y


          que el kwimmar era sencillamente la habilidad de proyec‐


          tar su cuerpo astral, que era visible pero no corpóreo.


            De ser cierta, esa teoría explicaría muchas cosas, pero aun


          sus más ardientes defensores tenían que admitir que de‐


          jaba una cosa por explicar. ¿Cómo puede hablar una pro‐


          yección no corpórea? Si el sonido es el movimiento físico o



          vibración de las moléculas del aire, ¿cómo puede una sim‐


          ple proyección astral crear un sonido?


            Y no había ninguna duda de que podían crear sonidos.


          Sonidos verdaderos, no sólo en la mente del oyente; lo de‐


          mostraba el hecho de que los sonidos que producían po‐


          dían ser registrados en discos o en cinta magnetofónica. Po‐


          dían hablar y también llamar a la puerta, aunque lo hacían



          raras veces. El marciano que llamó a la puerta de Luke De‐


          veraux en lo que después se llamó la Noche de la Llegada


          fue una excepción. La mayoría kwimmaban, sin llamar, al


          interior de las habitaciones, emisoras de televisión, clubes


          nocturnos, teatros, bares (debieron de tener lugar escenas


          memorables en los bares aquella noche), cuarteles, iglúes,


          cárceles..., a todas partes.








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