Page 62 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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de recibir una buena educación en procacidades. Por ejem‐


          plo, el marciano que interrumpió la escena del balcón de


          Romeo y Julieta en la emisora de televisión sin duda había


          kwimmado antes a un bar, pongo por caso, del que emigró



          en busca de pastos más verdes al cabo de unos minutos, al


          descubrir que muchos de los suyos habían kwimmado al


          mismo lugar.


            Mentalmente, los marcianos eran más parecidos que físi‐


          camente, aunque también en ese nivel se observaban pe‐


          queñas diferencias.


            Pero desde el primero al último eran abusivos, irritantes,


          molestos, rudos, brutales, parlanchines, discutidores, de‐


          testables,  descorteses,  execrables,  malignos,  descarados,



          odiosos,  hostiles,  de  mal  genio,  insolentes,  respondones,


          burlones, canallescos, aguafiestas. Eran impúdicos, repug‐


          nantes, desagradables, mareadores, quisquillosos, perver‐


          sos, peleones, faltones, sarcásticos, traidores, truculentos,


          incívicos,  pesados,  hirientes,  y  obstinados  en  mostrarse


          enojosos y en causar dificultades a todos los que se ponían


          en contacto con ellos.












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            De nuevo a solas y sintiéndose exhausto –de haber algún


          marciano presente aún se habría sentido peor–, Luke De‐


          veraux se tomó todo el tiempo que quiso para deshacer sus




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