Page 1025 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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a la estación. Estaba empedrada y  sus casas no eran

            demasiado escuálidas, aunque estaban en mal estado

            de conservación. Puede que una vez hubiera señalado


            el límite norte de la estación, pero había sido superada

            hacía mucho tiempo. Los almacenes y las salas de la

            estación se habían extendido y abierto una brecha en la


            pequeña calle.

                Habían saltado sobre ella sin esfuerzo y se habían


            extendido como el moho sobre el paisaje de tejados que

            se abría más allá, transformando la hilera de edificios

            adosados que se extendía al norte de la calle BilSantum.


            En algunos lugares, la calle Perdido estaba abierta al

            cielo: en todos los demás, quedaba cubierta por techos


            alargados, con bóvedas de ladrillos ornamentadas con

            gárgolas  o  enrejados  de  madera  o  hierro.  Allí,  a  la

            sombra  del  vientre  de  la  estación,  estaba  iluminada


            permanentemente por lámparas de gas.

                La calle Perdido seguía siendo residencial. Cada día,

            las  familias  se  levantaban  bajo  el  oscuro  cielo  de  la


            arquitectura,  recorrían  el  sinuoso  paseo  que  los

            separaba  del  trabajo,  entrando  y  saliendo  de  las

            sombras.


                El  ruido  de  las  botas  pesadas  resonaba  a  menudo

            desde arriba. La entrada de la estación y gran parte de


            su  superficie  superior  estaban  custodiadas.  Guardias

            de  seguridad,  soldados  extranjeros  y  milicianos,




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